REFLEXIONES SOBRE EL 8 DE MARZO

Opinión 2.0 de El Campello

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REFLEXIONES SOBRE EL 8 DE MARZO

REFLEXIONES SOBRE EL 8 DE MARZO Articulo enviado por: Mercé Pairó Ferrer, concejala de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de El Campello

Soy plenamente consciente de la responsabilidad que tengo, como concejala de Mujer e Igualdad, de implementar políticas públicas que erradiquen cualquier signo de desigualdad hacia la mujer.
Trabajar por su plenitud, luchar porque las asignaciones presupuestarias respondan a sus necesidades y ampararlas.


Hoy es el “Día Internacional de la Mujer”, un día para la reflexión, para el pensamiento, para recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos, pero siempre desde el positivismo, desde la autocrítica y la certeza de que sólo desde el aprendizaje, el trabajo y la lucha incansable, podremos seguir avanzado hasta alcanzar esa igualdad real tan deseada entre mujeres y hombres.

Son muchas las preguntas que me asaltan; unas obtienen respuesta inmediata, otras se llenan de un vacío estremecedor, el vacío de entender el porqué a la mujer le ha sido tan difícil lograr la plenitud de derechos, “en principio” inherentes a todo ser humano y que ella ha tenido que ganarse en el campo de batalla del machismo.

Evidentemente, son muchos los logros alcanzados a base de “sangre, sudor y lágrimas”… muchas lágrimas... sobre todo las derramadas por los seres queridos de las víctimas, no sólo mortales, del machismo. Y digo no sólo mortales porque intento suponer cómo es respirar la vida bajo el perpetúo yugo del machismo y… me estremezco.

 

Hoy es un día de conmemoración por los avances alcanzados y para recordar el trabajo que nos queda por delante… y entonces, me invade de inmediato otro pensamiento...

 

Hace pocos días, en nuestro municipio, las farolas que la concejalía de Mujer e Igualdad encargó pintar de violeta a lo largo del “Pº de la Voramar”, (para visibilizar este inusual 8M en el que no habrá concentraciones por motivos sanitarios), aparecieron grafitedas en verde, en una más que manifiesta expresión vandálica de rechazo hacia nuestro sendero igualitario.   

 

Esta evidente repulsa hacia políticas que caminan hacia la igualdad real, lejos de amedrentarnos, nos avalan y refuerzan en el compromiso que, desde las administraciones públicas, tenemos la obligación de asumir para erradicar un machismo que, le pese a quien le pese leerlo, todavía existe y se evidencia en manifestaciones como esta.

 

Una farola se vuelve a pintar y ya está; pero la secuela que la estructura machista deja en la mujer ni se borra, ni desaparece, llegando en muchas ocasiones a ser letal para el devenir de mucha de ellas. Y no vale esconderse en el “no conozco ningún caso de desigualdad” porque es precisamente desde esa interesada ignorancia, desde donde se alimenta el egoísmo del patriarcado.

 

El hombre NO ES NUESTRO ENEMIGO, todo lo contrario, es nuestro amigo y compañero con el que caminamos por este sendero. Así debe de ser. Pero no se trata de buscar culpables, sino soluciones y, aunque sólo haya una mujer en el mundo víctima de la desigualdad, tenemos que permanecer unidas y trabajar para que esta circunstancia desaparezca.

 

Por si alguien no se ha dado cuenta, ya no somos mujeres españolas, brasileñas, danesas o francesas…. Somos mujeres en un mundo globalizado, donde la Covid-19 es el mejor ejemplo de que las pandemias no entienden de fronteras, por lo que urge aunar fuerzas a nivel mundial para encontrar la vacuna contra la desigualdad.

 

Me duele profundamente el pensar que alguien obvie el sufrimiento de miles de mujeres en nuestro planeta esclavizadas, sometidas y asesinadas, mientras en el cálido seno de mi hogar pienso que “no conozco a nadie víctima de esta terrible miseria humana”.

 

Muchas veces pienso, el camino que he tenido que recorrer hasta ser lo que soy y tener lo que tengo y, desde la perspectiva del tiempo, “me agoto de pensarlo”, entendiendo que, a pesar de las circunstancias, despedida en más de una ocasión por el hecho de ser madre, he sido una privilegiada por nacer donde he nacido y tener a mi alrededor a quienes he tenido.

 

Consciente de que son muchas las mujeres que no han gozado de esta suerte; consciente de que es extremadamente complicado para una mujer situarse en equidad en una estructura masculinizada… sólo queda una opción, TRABAJAR PARA CAMBIAR ESA ESTRUCTURA.

 

También soy plenamente consciente de la responsabilidad que tengo, como concejala de Mujer e Igualdad, de implementar políticas públicas que erradiquen cualquier signo de desigualdad hacia la mujer. Trabajar por su plenitud, luchar porque las asignaciones presupuestarias respondan a sus necesidades y ampararlas.


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