Y LOS MUNINICIPIOS, ¿QUÉ?

Opinión 2.0 de El Campello

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Y LOS MUNINICIPIOS, ¿QUÉ?

Y LOS MUNINICIPIOS, ¿QUÉ? Articulo enviado por:

Cuando el estado de alarma se levante, no significará que el riesgo haya pasado, por lo que será el momento de, por un lado, la prevención individual se extienda a colectiva. Y por otro, que las instituciones públicas empiecen a trabajar para planificar el uso de los superavits que se hayan podido acumular.

La crisis sanitaria que sufrimos está teniendo ( y va a tener) consecuencias imprevisibles en  el sistema económico, y los municipios, como primer nivel de la organización territorial, tienen que afrontar, en su marco competencial, medidas, tanto para amortiguar los efectos en el tejido socio económico local, como para instituir mecanismos efectivos de cara a otras posibles situaciones que puedan darse. Y en ésta línea, el Gobierno del Estado, ha incluido en el Decreto-Ley medidas dirigidas a los Ayuntamientos, como la posibilidad de utilizar los superávit presupuestarios para hacer frente al Covid-19, en concreto para financiar gastos de inversión en las áreas de servicios sociales y promoción social. Igualmente se amplia el ámbito de las inversiones financieramente sostenibles que incluye ayudas para familias, autónomos y empresas.

 

Igualmente, y en cuanto a los instrumentos de coordinación local, los gobiernos locales pueden constituir la Comisión de Coordinación para la seguridad prevista en el marco de la emergencia sanitaria.

 

Estas medidas, a falta del análisis técnico y su encaje administrativo deberían tener ya una respuesta por parte de los Ayuntamientos, analizando en qué y para qué invertir ese dinero acumulado, unas veces por impedimentos legales, otras simplemente por imprevisión.

 

No voy a ser yo quien diga ni en qué ni cuanto, pues esa es misión de los representantes públicos que, junto a otros actores sociales, deben establecer la agenda de trabajo. Pero si me gustaría, como ciudadano, que esos representantes políticos (de forma unitaria, a ser posible) nos dijesen a todos y todas que sí, que ya están trabajando en las posibles propuestas  para que el resto de la sociedad civil, no sólo tengamos oportunidad de dar nuestra opinión, sino para que sintamos que los políticos que nos representan están asumiendo la responsabilidad que les toca.

 

Pero, la flexibilización del gasto promovido por la crisis sanitaria, lo que no puede ser es una nueva “ventana de oportunidad” para que, lo que una regidora de Cáceres afirmaba (fuente, Eldiario.es) ,cuando en el mes de abril el gobierno flexibilizaba las inversiones: “ los Ayuntamientos venimos demandando que podamos invertir en lo que queramos porque es una forma de estar intervenidos”. ¡Bendita intervención!. Y, si alguien no recuerda como se concretó ese “en lo que queramos”, que eche un vistazo, por ejemplo, a una piscina “vacía” de gente, o a la inexistencia de un centro de día, o una escuela infantil municipal. O que se retrotraiga a esos momentos en lo que ,“en lo que queramos” eran aeropuertos o plazas de toros en municipios de España.

 

Creo que ahora se tiene la oportunidad de afrontar, deseablemente (insisto) de forma unitaria, acordando y consensuado, una agenda de inversiones socialmente necesarias.

 

Cuando el estado de alarma se levante, no significará que el riesgo haya pasado, por lo que será el momento de, por un lado, la prevención individual se extienda a colectiva. Y por otro, que las instituciones públicas ( y entre ellas, los Ayuntamientos) empiecen a trabajar para planificar el uso de los superavits que se hayan podido acumular. Y habrá que estar atentos en qué y para qué se utilizan esos fondos, pues las decisiones que se tomen se deberán analizar, no como si no hubiera pasado nada, sino como si la sociedad local pudiera volver a estar amenazada por otras crisis, pero no sólo sanitaria, sino también económica, aunque en ésto nuestro Ayuntamiento tendría que mirárselo porque en los momentos más duros de la crisis financiera de 2007-2008 su liderazgo para incentivar alternativas socioeconómicas fue, por decirlo sin acritud, mejorable.

 

Pero, como no sólo de inversiones vive un pueblo, tendremos que fijarnos también en los servicios públicos y en cómo y quién los gestiona, en las políticas dirigidas a los jóvenes, a los que están estudiando, a los que buscan iniciar su proyecto vital y laboral, los mayores, más allá de bailecitos y juegos de mesa, a las familias con hijos e hijas pequeños, que para buscarse la vida necesitarían un apoyo.

 

Como sabiamente ha dicho Daniel Innerariti, “el foco en la generosidad individual debe dar paso a la exigencia de un sistema, unos procedimientos y unas instituciones que cuiden unos de otros “. Y si la sociedad local no toma conciencia de que no es un mero agregado de asociaciones de intereses o territoriales y empieza a tener esa empatía necesaria para considerar a todos y todas como vecinos, la crisis que vivimos no nos habrá enseñado nada.


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