Un total de 23 grupos han sido organizados, de momento, en la Escuela Permanente de Alumnos (EPA) de El Campello, que supera ya los 440 mayores de 18 años matriculados en los diferentes cursos que se ofertan: alfabetización, neolectores, educación base, graduado escolar, acceso a ciclos formativos de grado superior, informática y diferentes niveles de valenciano, inglés y español para extranjeros. Las clases, gratuitas y en diferentes horarios para fomentar la participación, se imparten en las instalaciones de ESATUR, sitas en el número 35 de la calle Sant Joan Bosco.

La alta matriculación motiva al profesorado, integrado por siete docentes muy implicados en las necesidades formativas de las personas adultas. El Ayuntamiento es consciente de la importancia de cubrir las necesidades de formación de los adultos, en una sociedad en constante cambio y cada vez más exigente. La Escuela Permanente de Alumnos planifica, gestiona y evalúa programas integrales de formación al servicio de políticas coherentes de empleo y, por tanto, del bienestar social.

La alcaldesa en funciones, Lourdes Llopis, y la concejala de Educación, Dorian Gomis (ambas del PP), visitaron esta semana las instalaciones, mantuvieron una reunión de trabajo con el director, José Palomares, y tuvieron oportunidad de saludar a profesores y alumnos.

Este año destaca la alta acogida que han tenido las clases de español para extranjeros, en las que se han apuntado más de 145 residentes (lo que se traduce casi en un tercio de las matrículas), lo que ha hecho necesario organizar hasta seis grupos diferentes, según conocimiento del idioma. Le siguen distintos niveles de inglés, con 85 alumnos, y valenciano (B1, B2, C1 y C2), con 76 inscritos.

José Palomares explicó a las representantes municipales el funcionamiento del centro, que mantiene abierta la matriculación hasta el 31 de enero porque las instalaciones están preparadas para recibir hasta 981 alumnos. Se trata de un servicio municipal que crece año tras año.

Una de las claves del éxito radica en la flexibilidad horaria. Al tratarse de adultos, muchos de ellos trabajan, por lo que se estimó hacer compatibles ambas actividades (laboral y formativa), con la disposición de horarios de clase que van desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche.